Robótica por Jorge Núñez


 

La Robótica y sus usos

La robótica puede concebirse también como una industria interdisciplinaria que surge a partir de la intersección de la ciencia, la ingeniería y la tecnología, poniendo a dialogar diferentes cuerpos de conocimiento científico, computacional e informático, con diversas ramas de la ingeniería. Es que la robótica no solo implica el estudio de los robots, sino también su diseño, desarrollo, programación, producción y aplicación. A este respecto, podemos entenderla como la integración sinérgica y aplicada de diferentes campos de la ingeniería, tales como la ingeniería mecánica, la ingeniería eléctrica, la ingeniería electrónica y la ingeniería biomédica; y las ciencias, como la física, química, matemática y las ciencias computacionales.

Además, en la robótica también confluyen diversos saberes y disciplinas, como la mecánica, la informática, la inteligencia artificial, la domótica, la programación, la animatrónica y el álgebra, entre otras. Esta congruencia multidisciplinaria da lugar a un potente núcleo de innovación y creatividad, un sistema productivo que consolida a la robótica como uno de los campos científicos e industriales más importantes de nuestro tiempo y, por supuesto, de mayor proyección a futuro. La importancia de la robótica en nuestra era. Las aplicaciones de la robótica en diversos ámbitos humanos ya han demostrado enormes beneficios. El uso de los robots en la medicina, la industria y toda clase de actividades forzosas o peligrosas para los seres humanos ya es una realidad ampliamente extendida que, actualmente y desde un tiempo a esta parte, no ha hecho más que consolidarse.
Veamos algunos de los principales usos de los robots y las ventajas que traen consigo, determinando la importancia de la robótica en la sociedad de nuestra era. 

  Robótica Educativa 

  La robótica educativa —o robótica pedagógica— es una disciplina concebida para que los estudiantes se inicien desde edades muy tempranas en la robótica y la programación de forma interactiva. En el caso de la enseñanza infantil y primaria, la robótica educativa pone a disposición de los alumnos todo lo necesario para construir y programar de forma sencilla un robot capaz de ejecutar diferentes tareas. Asimismo, también hay robots más avanzados —y de mayor coste— destinados a la educación secundaria y superior. En cualquier caso, la complejidad de la disciplina siempre se adapta a la edad de los alumnos.
La robótica educativa se engloba dentro de la llamada educación STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), un modelo de enseñanza destinado a enseñar conjuntamente ciencia, matemáticas y tecnología y en el que la práctica prima sobre la teoría. ¿Cómo ayudan los robots a los estudiantes? En edades tempranas, los robots educativos ayudan a los niños a desarrollar, mientras juegan, una de las habilidades cognitivas básicas del pensamiento lógico matemático: el pensamiento computacional. Es decir, ayudan a desarrollar el proceso mental que utilizamos para resolver problemas de diversa índole mediante una secuencia de acciones ordenadas. Además de desarrollar el pensamiento computacional, los robots educativos favorecen el desarrollo de otras habilidades cognitivas entre niños y jóvenes: • Aprender de los errores: descubrir que los errores no son definitivos sino una fuente de nuevas conclusiones es una valiosa lección para el futuro. • Trabajo en equipo: el planteamiento de retos grupales fomenta la socialización y colaboración. • Adaptación: debido al creciente aumento de la automatización y los aparatos inteligentes, familiarizarse con el uso de robots les hará estar más adaptados al mundo del mañana. • Creatividad: la búsqueda de soluciones y la libertad para asignarle nuevas funciones a estos robots estimula la imaginación y creatividad. • Autoestima: la consecución de éxitos en un campo novedoso mejora la percepción que los estudiantes tienen de sí mismos. • Emprendimiento: además de aumentar su autoestima, los éxitos en un campo les impulsan a abordar nuevas tareas en otros campos. • Autoevaluación: al poder ver los resultados de sus actos al momento, sin necesidad de que un adulto les diga si lo han hecho bien o mal, los estudiantes aprenden a evaluar su propio desempeño. • Aplicaciones prácticas: el hecho de poner en práctica conocimientos matemáticos o físicos aprendidos en el colegio motiva a los niños y jóvenes a seguir estudiando estas materias.
Más habilidades cognitivas sobre las que los robots educativos influyen positivamente son la responsabilidad, el orden y un desarrollo más óptimo de la percepción espacial y de las relaciones entre objetos. Otro importante beneficio de los robots educativos es que enseñan a los niños a familiarizarse y aprender conceptos básicos de programación, una habilidad que va cobrando mayor relevancia cada año. Un dato revelador: según la Comisión Europea en 2020 habrá en Europa 825.000 puestos de trabajo sin cubrir debido a la falta de profesionales de las ciencias de la computación y de las TIC. En el caso de la educación secundaria y superior, los robots educativos ayudan a que los alumnos profundicen en sus conocimientos de robótica y programación a través de modelos más avanzados. Asimismo, los robots humanoides de alto coste, programados para impartir cualquier asignatura, también son de utilidad en las aulas gracias a su capacidad para atraer la atención de los alumnos y, en las clases de robótica y programación, porque ejercen de nexo perfecto entre la teoría y la práctica. Los robots educativos más populares En la actualidad existen numerosos robots educativos para niños y jóvenes. Entre los más populares se pueden destacar: • Makeblock mBot: se trata de un robot con ruedas diseñado para que los niños se inicien en la robótica, la programación y la electrónica. Es fácil de ensamblar y se controla fácilmente a gracias a un software basado en Scratch diseñado para niños. Su compatibilidad con la plataforma Makeblock y sus piezas electrónicas basadas en el ecosistema de código abierto Arduino permiten a los usuarios con más conocimientos crear robots más complejos. • Robo Wunderkind: consiste en un conjunto de bloques que los niños pueden conectar a su gusto para construir su propio robot. Cada bloque tiene una función identificada con un color (cámara, micrófono, sensores de movimiento...) y, tras construir su robot, los niños pueden programarlo a través de una app para reaccionar a determinados ruidos, esquivar obstáculos o reproducir música cuando alguien se aproxima, entre otras funciones. • OWI 535: es un brazo robótico indicado para jóvenes a partir de 13 años. Puede levantar objetos de hasta 100 gramos y cuenta con una extensa variedad de movimientos que pueden ser personalizados gracias a la programación. Este robot está recomendado también para los ciclos de Formación Profesional. • LEGO Mindstorms EV3: se trata de un set de robótica que incluye varios sensores, tres servomotores y más de 500 elementos LEGO Technic, gracias a los cuales se pueden crear diferentes robots capaces de moverse, disparar, reptar, etc. Se controla por medio de una interfaz de programación sencilla e intuitiva y cuenta con dos versiones: Home y Education. Este robot está recomendado para niños de más de 10 años. • NAO: es uno de los robots educativos más conocidos del mundo. Se trata de un robot humanoide de 58 centímetros de altura en constante evolución. Además de dos cámaras y cuatro micrófonos cuenta con multitud de sensores que le permiten interactuar con el entorno de manera similar a un humano. NAO es capaz de observar, escuchar, mantener diálogos e impartir clases de cualquier asignatura. Gracias a sus facultades y diferentes niveles de programación, puede participar en el proceso de aprendizaje de alumnos desde los 5 años hasta la universidad. 


Infografía 

Comentarios

  1. Debe recordar siempre el balance que debe existir entre el conglomerado de las letras y los íconos en la estructura de un texto.
    Agradezco su aporte.

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